Todos los buñuelos son ricos pero, particularmente, estos de tomate son especiales y originales.
Porciones: 4
INGREDIENTES
✔ 6 a 8 tomates medianos y firmes
✔ 2 tazas de harina (240 gramos)
✔ 1 cucharadita de sal
✔ 1 cucharadita de pimienta o a gusto
✔ 1 pizca de polvo de hornear (levadura química, leudante)
✔ 3 cucharadas de queso rallado
✔ 3 yemas
✔ 3 claras
✔ 1 cucharada de azúcar
✔ ½ taza de cerveza (o leche, o agua) (125 cc.)
✔ 3 cucharadas de vinagre
✔ Aceite para freír
✔ Un manojo de hojas de perejil sin picar
PREPARACIÓN
Hacer en la base de cada tomate un corte en cruz. Poner a hervir agua en una cacerola. Una vez que hierva se apaga el fuego y se ponen los tomates 1 minuto, o solo lo necesario como para ablandar la piel y retirarla fácilmente.
Cortar cada tomate en rodajas algo gruesas. Sazonarlos con algo de sal y pimienta y dejarlos unos minutos. Retirarlos y apoyarlos sobre varias servilletas de papel hasta escurrirlos un poco. Cernir la harina junto con la sal, la pimienta y el polvo de hornear.
Batir las claras junto con el azúcar hasta que estén firmes. Agregarle a las claras, las yemas de a una, siempre batiendo. Retirar de la batidora e ir agregándole la mezcla de harina en forma envolvente alternando con la cerveza y el vinagre. Formar una masa que tenga una consistencia que se adhiera fácilmente a las rodajas de tomate.
Incorporarle las claras batidas a nieve con el azúcar en forma lenta y envolvente. Esto hace que la masa de buñuelos quede más liviana y esponjosa.
Una vez terminada la masa dejarla descansar media hora. Poner el aceite algo abundante en una cacerola chica y de borde alto. Llevarla al fuego y dejarla hasta que esté caliente pero que no llegue a hervir pues se estropearía el aceite.
Pasar cada rodaja de tomate por la masa de buñuelos cubriéndola bien con ella. Echarla en el aceite y a medida que se van dorando retirarlas y apoyarlas sobre papel absorbente.
Sugerencia de vino
Un vino blanco joven Chardonnay, de color amarillo con reflejos plateados. Se destacan aromas a frutas blancas dulces, como manzana, durazno, pera con levísimos aromas a vainilla. En boca su entrada es amplia y seca, se destaca su sabor frutal y facilidad para beberlo. De perfecto equilibrio y un final largo y gratificante. Se sirve a 10º.