Las ostras son uno de los alimentos más nutritivos, adeás de tener un sabor exquisito y ser de fácil digestión.
Las ostras españolas en particular, que se crían en el mar Mediterráneo y en las rías gallegas son consideradas como las más sabrosas a nivel mundial. El motivo es que las aguas donde se crian son las ideales para que ellas logren un desarrollo perfecto.
Las ostras generalmente se comen vivas así nos aseguramos la frescura de las mismas. La manera más rápida de comprobar si están vivas o no es presionando con la punta de un cuchillo en el borde del caparazón y entrando con el mismo hasta tocar el músculo que las cierra.
Una vez abierta si el molusco se contrae es señal de que está viva o de lo contrario desecharla, porque no está en condiciones de ser ingerida. Otra opción también válida es comprarlas en comercios de confianza que venden mariscos congelados. O bien ponerlas en la heladera durante un rato y al sacarlas las ostras estarán abiertas. Si alguna queda cerrada se deshecha porque significa que no está bien.
Es de muy buen gusto servirlas al principio de una comida en el plato de cada comensal y abiertas sobre hielo triturado y limón cortado. De todas formas además de ésta hay muchas otras maneras de presentarlas.
